lunes, 6 de octubre de 2008

Rurouni Kenshin, por Luis Capote

Y después del aniversario, toca reseña. En esta ocasión, otro manga bastante popular por estos pagos, Ruoruni Kenshin, comentado por uno de los miembros de la división legal de visitantes de esta bitácora: Luis Capote.



¡Fuera gorras, damas y caballeros! Con todos ustedes, una de las series más populares de cuantas han llegado, bien en papel, bien en animación, desde la tierra del sol naciente. La historia de la venida de Kenshin a España está salpicada de curiosas anécdotas. A finales de los noventa, parecía que el furor por el tebeo japonés se había apagado en nuestro país. Fuera de Dragon Ball, las distintas iniciativas para publicar series de manga no estaban resultando particularmente halagüeñas, y productos de gran calidad veían truncada su edición por los avatares del mercado. Al mismo tiempo, la división española de la empresa francesa Glénat estaba a punto de cerrar, por causa de los malos resultados comerciales. Como último intento, decidieron tentar a la suerte y publicar el tebeo en el que se basaba un anime ¬–El Guerrero Samurai- que estaba emitiendo Canal Plus en abierto y que gozaba de cierto predicamento entre la afición. Cuando la editorial tuvo en sus manos las cifras de venta del primer número de la colección, descubrió un filón que, a la postre, no sólo la salvaría de la quema, sino que además, marcaría el inicio de una nueva etapa de esplendor del manga en España.


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