sábado, 24 de enero de 2009

Tres personajillos by Ángel Marrero

Y los Ningunos nos preguntamos qué le ha traído 2009 al amigo Ángel Marrero, que nos deleita últimamente muy de seguido con lo mejor de sus trabajos más antiguos y clásicos. Le cedemos la palabra para que explique de qué va la cosa en esta ocasión:

Hete aquí un trío de personajillos de mis fructíferos días como dibujante de cómics por amor al arte, a comienzos del presente siglo. Por aquel entonces, apenas conocía el photo-paint, así que me pegaba el currazo de colorearlos a témpera, con los fallos incorregibles que conlleva. Además, mi estilo de dibujo comenzó a pasar de un trazo cargado tipo Robert Crumb a uno más limpio y esquemático, tipo Anna Barbera; estilo que hoy en día caracteriza toda mi producción. Ahora miro estos dibujos y les echo en falta un medio tonillo, a modo de sombra, que los hubiera enriquecido más. Pero en fin… a Dios gracias cada vez voy superando más mi miedo a las sombras gráficas.



Los personajes presentes son los protagonistas de tres cómics que hice en los años 2001 y 2002. El primero es Mr. Perry Polla, de Las Chicas de Perry Polla, publicado por Cocainc en 2002. La inspiración me llegó después de ver la película sobre la vida de Larry Flint, el creador de la revista porno Hustler, y venía a ser una sátira cutrona sobre el mundo del cine x. El caso fue que comencé a dibujar una segunda parte, titulada Perry´s Pub, que nunca llegué a acabar, pero que hoy la veo y me resulta indeciblemente mejor que la primera, en la que todavía la barroca influencia de Crumb se me notaba a la legua. Por cierto, que con la publicación de Las Chicas de Perry Polla fui catalogado por cierto periodista del Diario de Avisos como “pionero del cómic porno en Canarias”, cosa que no deja de hacerme gracia.



El segundo personaje es Wilbur Blake, protagonista de El Vampiro de Littlewood. Este cómic lo dibujé por primera vez en 2001, cuando todavía entintaba mis páginas con rotuladores Bic (por cierto, que Las Chicas de Perry Polla lo entinté así también). Lo repetí casi por completo en 2002 y por último, en 2003, por fin a tinta china con pincel, como está mandado. El Vampiro de Littlewood era otra historieta de porno bufo, basada en parte en un cómic erótico titulado El Vampiro de Marysville, de la grotesca Ediciones El Tiburón, La Leyenda de Sleepy Hollow, de W. Irving, y Caza de Pieles, de Richard Corben. En 2003 lo llevé al Salón del Cómic de Barcelona, a ver si conseguía publicarlo, pero no hubo suerte, y acabó como tantos otros en el Cajón de los Recuerdos. No obstante, como la historia me molaba, la escribí como novelilla, pero ambientada en el Tenerife dieciochesco, y no en Nueva Inglaterra como en el cómic. ¡Y pardiez que espero verla publicada algún día! Aunque eso sí, después de pegarle un buen repasón.



El último personaje es Wolfert Webber, protagonista de una historieta que se quedó en un mero bosquejo, titulada Wolfert Webber o El Fabricante de Juguetes, ideada en 2003, que me la inspiraron El Hombre de la Arena de E.T.A. Hoffmann y Wieland de Ch. B. Brown. Se trataba de una historia siniestra, ambientada en la Santa Cruz de 1810, durante la epidemia de fiebre amarilla, sobre pasiones oscuras y desdoblamientos de personalidad al hilo de los libros mencionados. ¡Y eso es to-to-todo, amigos!