lunes, 27 de septiembre de 2010

Recordando a Floro

Eduardo González echa la vista atrás en su Tirón de Ojeras y hace un repaso a uno de sus personajes más entrañables: el ventero Floro.

Desde el dos de abril de 2000 hasta su abrupto final el diez de febrero de 2009, Floro acudió diariamente, sin faltar un día, a su venta en la recoba sita en un santacrucero faldón del periódico La Opinión de Tenerife. Floro era un chanchullero, seguidor fanático del tete, chicharrero hasta la médula, anticanarión de fachada, murguero de raza, filósofo de barra, tertuliano de barrio, pesetero y siempre fracasado por sus absurdos planes para dar el gran pelotazo. Floro era, eso sí, un tipo simpático y trabajador, un tío normal, al que uno le cogía cariño enseguida. Por la venta donde vendía fruta y verdura (amén de casi cualquier cosa) pasaban su familia: Rosa, el sentido común que nunca tuvo su marido; Jonathan Jonay, el adolescente adolescente; Vanessa, la hija pequeña, fría como el hielo a la hora de abordar a su limitado padre con cualquier tipo de dilema espinoso. Su ayudante Gabriel (Grabié) y todo un plantel de clientes, vecinos, amigos y entes de difícil definición: Arsenio, Verena, don Senén, doña América, doña Ernestina, doña Justa, Benito el borrachín, Julito ruina... Mucha gente con la que comentaba la diaria actualidad. Un día le cerraron la venta, cosas de la crisis (o no) y el buen hombre cogió los bartulos y se fue, hay quién dice que a buscarse las perras (y a dar el pelotazo, claro) a su temida Gran Canaria, pero esto solo son rumores.Floro lo creamos al alimón el guionista y amigo Patricio Ducha (¡Qué además se ocupaba de los guiones de otra tira diaria!) y yo mismo al dibujo. Más de tresmil tiras, tres recopilatorios y otros tantos por salir... Poder haber hecho esta tira diaria es uno de esos premios que pocas veces te tocan en la vida. Lo pasé muy bien. Y espero que el sinvergüenza de Floro, allá donde esté, siga ensayando con "los recobos" para los próximos Carnavales.