Nuestro amigo Eduardo llama la atención sobre un problema muy grave de nuestro tiempo: el fanatismo religioso y sus ínfulas censoras.
La revista satírica Charlie-Hebdo ha recibido amenazas (y nosotros -todos nosotros- con ella, no nos engañemos) una vez más por hacer uso de la libertad de expresión, algo básico para poder vivir con un mínimo de dignidad. La provocación gratuita me asquea, pero el asesinato me asquea un poquito más.
Aquí les dejo algunas viñetas que con el tema hice hace ya algún tiempo.