Hoy traemos por aquí la semblanza de uno de los personajes de la novela La amenaza de Albión, de la mano de su autor, Ángel Marrero:
Semblanzas bufas de los personajes de la Gesta del 25
Con todos mis respetos, pero también con jocosidad…
(Fragmento de “La amenaza de Albión”, Ediciones Idea)
“Por aquel entonces, el teniente Grandy era un tipo de cuarenta y pico años, de cuerpo flaco y largo y cara igualmente flaca y larga, de tez amarillenta. Vamos, un fulano de aspecto poco saludable. Eso en cuanto a figura. En cuanto a genio, digamos que era un solterón empedernido, solitario y huraño. En una palabra, lo que da en llamarse un hombre gris. Aunque eso sí, con su culturilla, o como se decía en el pueblo, “un señó mu leído”. Y sin duda alguna, el teniente Grandy debía haberse pulido unos cuantos libros, siendo su padre librero y disponiendo de toda su librería. De modo que esta afición suya a la lectura lo distinguía en gran medida de la mayoría de los militares, quienes las más veces sólo se diferencian del pueblo llano por su uniforme. De hecho, el teniente Grandy era tenido entre sus camaradas por un hombre de gran erudición. Claro que como dice el refrán, en el país de los ciegos, el tuerto es el rey. Y según me consta, eso es lo que era el teniente Grandy entre sus incultos camaradas, un tuerto entre ciegos; pues para los caballeros verdaderamente cultos no era más que un erudito a la violeta. Por último, baste decir que como militar, tenía fama de ser un oficial responsable y concienzudo, además de un tanto cascarrabias con sus hombres”.