Hoy vamos a romper dos reglas no escritas de esta bitácora. Las rompemos por varios motivos, pero especialmente por estos:
Primero.- La página es nuestra y hacemos lo que nos da la gana
Segundo.- El personaje que traemos para presentar ha dedicado buena parte de su vida a la promoción de los tebeos en Canarias.
Por todo lo anterior, hoy presentamos a un señor que, sin haberse dedicado profesionalmente al mundo del cómic (entiéndase por tal que no ha sido, que sepamos, ni guionista, ni dibujante) ha hecho mucho por éste, en la que es la sección periodística especializada más antigua de España. Hablamos, extendiéndonos más de lo debido (y rompiendo la segunda regla mencionada), de Manuel Darias. Y, ahora sí, le cedemos la palabra:
Hace unos meses, a causa de determinadas demandas de jóvenes lectores, caí en la cuenta de que, por razón de la longevidad de esta página, llevaba muchos años sin escribir de algunos de los protagonistas más relevantes del tebeo español y mundial. Entonces me hice el propósito, parcialmente realizado, de ir trayendo a esta sección especializada a los historietistas y héroes que, en un momento dado, dejaron una huella profunda en el mundo del globo y la viñeta.
Pues bien, recientemente he reparado en algo que también se me había escapado: y es que los seguidores de "Historieta" que se han incorporado en los últimos años a su lectura, no conocen las intenciones básicas que me mueven para diseñarla tal y como lo hago actualmente. Es una carencia que, de inmediato, voy a proceder a solventar.
Crítica positiva.
Desde el debut de esta página, hace ahora más de treinta y cinco años, siempre he procurado que mis comentarios sean positivos. Todos los años se lanzan al mercado una enorme cantidad de títulos. Además de que su completa adquisición estaría fuera de cualquier presupuesto, resultaría imposible leer todo lo que se publica por una lógica carencia de tiempo disponible. Por ello, con mis naturales limitaciones, siempre he optado por seguir dos caminos perfectamente diferenciados.
El primero ha consistido en elaborar breves reseñas de todo aquel material que hubiese llegado a mis manos y fuese aceptable, es decir, que poseyera un mínimo de calidad. El segundo ha estribado en dedicar un espacio destacado a un tebeo en concreto que hubiera despertado mi interés y que considerara de adquisición imprescindible; aunque ello no fuese óbice para que, en algunos casos puntuales, pudiera aludir a aspectos parciales de la obra que no hubiesen sido de mi agrado.
Por ello, algún lector que lleve poco tiempo siguiendo "Historieta", podría resultarle llamativo que mis comentarios sean generalmente amables. Es, como se ha podido colegir, el resultado lógico de la mentada selección previa, por mi parte, de los tebeos a examinar.
Por tal razón, en líneas generales, esta página siempre ha tenido una buena acogida entre los profesionales y aficionados del cómic. En algún caso determinado he recibido alguna que otra amenaza, se me han transmitido ciertos enfados por las más peregrinas razones e, incluso, el exaltado de turno me ha dirigido puntuales dardos de tono escatológico a causa de mi labor.
Las obligadas lecturas de tebeos, que ocupan gran parte de mi tiempo libre, han hecho que descuide otros apartados culturales que, en épocas pretéritas, también eran de mi agrado. Impurezas de la vida.
He de confesar que las cerca de trescientas entrevistas que he realizado a los más ilustres historietistas de nuestro tebeo, han constituido la parte más querida y entrañable de mi actividad como comentarista.
Objetivos
He aquí algunas de mis actuales intenciones:
- Seguir demostrando que la Historieta es un arte singular, con muchos puntos en común con la Literatura (guión), Pintura (dibujo) y Cine (ritmo, elección de planos, montaje, etcétera).
- Insistir en que el cómic no es un producto destinado única y exclusivamente para los niños. Existe también un tebeo pensado y elaborado en función de las demandas, cada vez más exigentes, de un público adulto.
- Presentar al aficionado en general a una serie de artistas, magníficos profesionales, verdaderos virtuosos del dibujo, el guión y el color que, a veces, desde un enojoso anonimato y recibiendo incluso más desinterés que alabanzas, han llevado la historieta a una cota elevada de calidad, abriendo ante ella un futuro cada vez más prometedor.
- Reiterar que los temas, autores o personajes tratados en esta página semanal son enfocados desde un punto de vista universal y popular, huyendo un poco del enfoque propio del experto o estudioso, que sería más adecuado para otro tipo de publicación.
- Confesar que a lo largo de todos estos años he decidido especializarme. En primer lugar, he optado por ocuparme del tebeo español, luego del europeo y a continuación del cómic norteamericano de calidad. Me interesa bastante poco el manga en general y el cómic de superhéroes en particular, salvo las lógicas excepciones.
Y con esto, queda presentado don Manuel. Sus reflexiones comiqueras pueden seguirse semanalmente en el Diario de Avisos y, virtualmente, aquí