martes, 31 de agosto de 2010

José de Viera y Clavijo: Así lo recuerdo (I)

Terminamos la actualización con la primera parte del tebeo que Alberto Hernández, Antonio Becerra y el Estudio Nexo hicieron por encargo de la Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas, sobre la vida y milagros de José de Viera y Clavijo. Que lo disfruten.


Setecientas entradas

Una pequeña pausa para indicar que hemos alcanzado la nada desdeñable cantidad de setencientas entradas, repartidas a lo largo de dos años y casi cinco meses de vida. Gracias, una vez más a los visitantes, comentaristas y, por supuesto, a los autores. Sin ellos no existiría El Rincón de Ninguno.

Orn. Historia Universal: En la batalla, por Luis Capote

Después del especial Becarios, volvemos a la rutina con una nueva reseña dedicada a la obra de un viejo conocido de la bitácora: Quim Bou.



Formato: Álbum a todo color en tapa dura
Autores: (G) (L) (T) (C) (P) Quim Bou
Editorial: Dolmen Editorial. Colección Siurell Gold
Precio: 14,45 €
Comentario:

Cuarta parte de las aventuras de Orn Dos Espadas a todo color. Con una puntualidad digna de encomio, don Quim Bou, padre artístico de la perruna criatura, brinda a la afición una nueva entrega de las andanzas de su personaje más popular, en su misión como guardaespaldas de la erudita Aconis y en las circunstancias que le están convirtiendo en el involuntario cabecilla de una creciente tropa de heterogéneos personajes.

Continúa aquí (La Guarida del Dragón).

O aquí (Zona Negativa).

domingo, 29 de agosto de 2010

Becarios: ¿Qué pasó con...? (VII)

Y terminamos con Gilary María, último fichaje de la serie y con el bueno de Paco Cascorro.


Becarios: ¿Qué pasó con...? (VI)

Penúltima entrada dedicada al recopilatorio de Becarios. Aquí tienen a los malvados profesores… o lo que queda de ellos.


Becarios: ¿Qué pasó con...? (V)

Seguimos con las andanzas futuribles de los Becarios.


viernes, 27 de agosto de 2010

Becarios: ¿Qué pasó con...? (IV)

Desde luego, hay que reconocer que ni en la despedida el amigo Edu se compadece de sus criaturas.


Becarios: ¿Qué pasó con...? (III)

No se vayan todavía, que aún hay más.


Becarios: ¿Qué pasó con...? (II)

Seguimos con los “extras” del segundo tomo de Becarios. Pasen y vean qué pasó con su personaje favorito:


martes, 17 de agosto de 2010

Becarios: ¿Qué pasó con...? (I)

Para concluir, empezamos con los “extras” con los que el amigo Edu ha acompañado este segundo tomo en tapa blanda que recopila las aventuras de sus criaturas becadas. Un repaso a la vida y milagros de cada uno de los personajes.


Becarios, según Luis Capote

No abandonamos al jurista en cuestión, ya que es el responsable del prólogo del tomo recopilatorio ¡Así que la vida era esto! El texto, como pueden imaginar, es un tocho que, afortunadamente, el amigo Edu amenizó con sus brillantes –y certeras- ilustraciones. Aquí queda la cosa.




Disculparán ustedes que quien estas líneas escribe no pueda ser demasiado objetivo a la hora de hablar de este segundo recopilatorio de las tiras de Becarios. Ya de por sí resulta difícil mantenerse neutral cuando le honran a uno con el encargo de prologar este tomo, pero además se da la circunstancia de que he tenido la suerte, la buena suerte, de asistir al nacimiento de la tira y a su posterior desarrollo, sustanciada a lo largo de una década. Semana a semana entre 2000 y 2009 he sido un lector asiduo de las evoluciones de los personajes surgidos del fértil cerebelo de Eduardo González Rodríguez y he tenido la suerte, la inmensa suerte de ver evolucionar y crecer a las criaturas y a su progenitor.

En Becarios, Eduardo ha sabido hacer dos cosas que no están al alcance de cualquiera. Por un lado, ha captado de forma magistral lo que es la vida universitaria, a través de las andanzas de profesores, estudiantes y administrativos salidos de las carreras más dispares. Por otro, ha conseguido, con una tira semanal, crear unos personajes sólidos con los que resulta inevitable identificarse y hasta encariñarse, pero además ha hecho algo aún más difícil: como si de la vida real se tratase, Emilio, Marga, Cristina, Pedro… han cambiado a lo largo de los años. Les hemos visto ingresar en sus respectivas carreras, superar con mayor o menor fortuna cada curso, licenciarse (o graduarse, que es como dicen los “bolonios” que hay que llamar a estas cosas), afrontar unas oposiciones, tener hijos, casarse, etcétera. Eso los hace más cercanos, porque al igual que los que estamos a este lado de la viñeta, los personajes han madurado y asumido las responsabilidades inherentes a ese proceso vital, hasta el punto de que algunos, como Lola o Chus, se hayan visto seducidos por el lado oscuro de la tiza, convirtiéndose a su vez en docentes. Siendo justos, también hay que decir que alguno que otro ha permanecido inalterado a lo largo de los años, como el entrañable Paco Cascorro, eterno no-habitante de las aulas de la Facultad de Derecho por el que, lo confieso, siento cierta debilidad por aquello de compartir la carrera jurídica. Sin embargo ¿quién no ha tenido nunca a un conocido que se resistiera con uñas y dientes a crecer? Ahí radica otra de las mayores virtudes de la tira: uno se identifica con los personajes porque reconoce y se reconoce en ellos.

Decía Albano González, prologuista del primer recopilatorio de estas tiras, que Becarios constituía un perfecto bestiario de lo que era la universidad española y tenía razón. Cualquiera que haya cursado al menos un año académico en una institución de esas características se habrá topado con un catedrático como el señor Parra, con un doctorando como Blas (personaje por el que albergo el sentimiento de solidaridad común a todos los que hemos vivido la tarea de escribir una tesis), con un vago redomado como el mentado Paco (al que siempre se mira con esa mezcla de vergüenza ajena y envidia no confesada que implica el preguntarse si, en el fondo, ese viva la vida que empalma una juerga con otra no estará empleando mejor su tiempo que quien se quema las pestañas en los libros día sí y día también) o con un grupillo de amigos con los que se crean lazos que duran toda la vida. Con ello, Eduardo logra acercar la vida universitaria, la Universidad misma, a la sociedad a la que pertenece y que a veces la percibe como una institución demasiado lejana en muchos aspectos. Sin embargo, también consigue que los universitarios aprendamos a reírnos de y con nosotros mismos, cultivando indirectamente la virtud de la sana crítica. Porque, no hay que llamarse a engaño, Becarios es una tira cómica, pero trata de un tema tan serio como es el de la educación superior y, muchas veces entre líneas, su autor ha sabido meter el dedo en ciertas llagas que, por su existencia, son ya casi parte integrante del paisaje.

Corto aquí, que ya he dado bastante la murga por hoy. Espero que disfruten de este viaje tanto como lo he hecho yo.


Becarios nº 2: ¡Así que la vida era esto!, por Luis Capote

Comenzamos este repaso a Becarios con la reseña que el leguleyo número dos ha publicado en Zona Negativa y en La Guarida del Dragón.




Título: Becarios. Así que la vida era esto
Formato: Tomo recopilatorio en tapa blanda de setenta y seis páginas en blanco y negro
Autores: (G) (L) (T) (P) Eduardo González
Editorial: Ediciones Idea
Precio: 9,95 €
Comentario:

En sus orígenes, el diario insular La Opinión de Tenerife apostó por la publicación de tiras cómicas realizadas por autores canarios en torno a temas de interés para la sociedad insular. Así, el guionista Patricio G. Ducha y los autores Roberto Burgazzoli, Eduardo González y Ángel Marrero conformaron el núcleo duro de un equipo que, entre 1999 y 2009 sacó punta a la actualidad en el archipiélago atlántico con las tiras Dirección General (que contaba las vivencias de un departamento del Gobierno de Canarias), La venta de Floro (que narraba las peripecias del dueño de un puesto de mercado y su familia, amistades y clientela) o El caballero y la señora (que adaptaba al tebeo unos personajes creados para la radio por el humorista local Juan Luis Calero). Su éxito quedó patente por la recopilación que, en 2004, hizo Ediciones Idea de los primeros años de existencia de Dirección General y La Venta de Floro. Junto a éstas, se desarrolló una tira semanal, en el ámbito del difunto suplemento cultural del periódico, el 2*C, donde Eduardo González, co-autor de las andanzas del ventero Floro, actuó como guionista y dibujante: Becarios.

Continúa aquí (La Guarida del Dragón).

O aquí (Zona Negativa).

domingo, 15 de agosto de 2010

Semana de "Becarios"

Terminamos la actualización de hoy anunciando que, aprovechando la salida al mercado del imprescindible Becarios nº 2: ¡Este título es mío! las próximas entradas estarán dedicadas a esa publicación, aprovechando la cortesía que su creador, Eduardo González, ha tenido de pasarnos los “extras” de la citada publicación.

Haxtur, por Juanan Rodríguez

Nos recuerda el amigo Juanan Rodríguez que había enviado este bonito dibujo de Háxtur, como homenaje a la figura del recientemente fallecido Víctor de la Fuente. Aquí lo dejamos, en memoria de uno de los más grandes autores del tebeo hispánico.

Un señor llamado Francisco Ibáñez, por Manuel Darias

En su página de esta semana, el amigo Manuel Darias desempolva una entrevista realizada a Francisco Ibáñez, padre de Mortadelo y Filemón y de otras grandes glorias del tebeo celtibérico.



En la historia del cómic patrio, no hay ningún artista que ejemplifique mejor que Francisco Ibáñez (Barcelona, 1936), la conjunción de una fantástica maestría como historietista junto a una extraordinaria calidad humana como persona. Situado merecidamente como paradigma del tebeo español, este excepcional viñetista concita a su alrededor una increíble expectación. En cualquier tipo de evento en que intervenga, el creador de Mortadelo y Filemón es siempre muy solicitado por los medios de comunicación de masas. Desde los inicios de su carrera profesional hasta los momentos actuales, el dibujante catalán ha respondido a innumerables entrevistas que han aparecido con regularidad en distintos medios de nuestro país.

Continúa aquí.

viernes, 13 de agosto de 2010

Unos bocetos de Suso Guerra

Limpiando, barriendo y sacando lustre al disco duro, nos hemos encontrado estos bocetos del amigo Suso Guerra. Que los disfruten.



El Cachorro, por Juanan Rodríguez

Del leguleyo número dos pasamos al leguleyo número uno, que homenajea a otro clásico del tebeo hispánico: el Cachorro. Pasen y vean a la creación de Juan García Iranzo según don Juanan.

X-Men Forever, por Luis Capote

Después del parón obligado por las tareas laborales de los Ningunos, volvemos a la carga con denodados esfuerzos, prontos a cumplir dos años y medio de servicio fiel a la causa del tebeo de / en Canarias. Empezamos con una friqui-reseña perpetrada por el leguleyo número dos.



Título: X-Men Forever
Formato: Tomo en tapa blanda a todo color
Autores: (G) Chris Claremont (L) Jim Lee, Tom Grummett (T) Scott Williams, Tom Grummett, Cory Hamscher (C) Joe Rosas, Will Quintana (P) Tom Grummett
Editorial: Marvel Comics / Panini Cómics
Precio: 18 €
Comentario:


La mención del nombre de Chris Claremont lleva aparejada, indefectiblemente, una fuga del pensamiento hacia la Patrulla-X. Pese a que la colección y el grupo fueron creados en los sesenta por Stan Lee y Jack Kirby, el guionista británico afincado en los Estados Unidos es reconocido como el patriarca mutante por excelencia. Durante quince años, Claremont rigió los destinos de un título que empezó siendo el relanzamiento bimestral de una colección que había sido el pariente pobre de la casa de las ideas y acabó como su franquicia más popular y rentable. Aunque resulte paradójico –mas no extraño en el mundillo de los tebeos- ese éxito se tradujo en un exceso de atención y de control por parte de la propia editorial que, con el tiempo, se tornó inaceptable para el guionista. Cuando don Chris decidió poner fin a tres lustros al frente de la Patrulla-X, aquel título solitario se había convertido en la punta de lanza de un grupo de series en las que ya no ostentaba la condición de jefe de pista, y donde sus colaboradores más leales –como Louise Simonson o Ann Nocenti- habían ido cayendo para ser sustituidos por una generación de jóvenes artistas –como Jim Lee o Rob Liefeld- cuya primacía venía justificada por las cifras de ventas. Bob Harras, editor mutativo en aquellos días –y guionista de una interesante etapa de Los Vengadores, en la que usó no pocos de los trucos de Claremont- manifestaba unas ideas que don Chris, perro viejo ya en aquellos años, no aceptaba, con lo que la ruptura se hizo inevitable. Para sorpresa de muchos, el divorcio se tradujo en un abandono cuyo epitafio fueron los tres primeros números de la colección X-Men, los cuales dibujó Jim Lee, buque insignia de aquellos dibujantes que a no mucho correr marcharían en busca de nuevas aventuras… aunque ésa es otra historia.

Continúa aquí (La Guarida del Dragón)

O aquí (Zona Negativa)