Y de bitácoras medio moridas pasamos a alguna con bastante más actividad, la del finlan-friqui local Eduardo Serradilla Sanchís, que esta vez habla de un clásico de las aventuras de Spider-Man: La última cacería de Kraven.
Para muchos sesudos y tautológicos críticos literarios, el cómic sigue siendo un entretenimiento menor, ideal para descerebrados incapaces de leerse un libro. Sus postulados, anclados en la época de las novelas “pulp” y los tebeos de la postguerra, no han evolucionado más allá, lo cual les ha impedido ver el tremendo avance que el género gráfico ha experimentado en las últimas décadas.
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Para muchos sesudos y tautológicos críticos literarios, el cómic sigue siendo un entretenimiento menor, ideal para descerebrados incapaces de leerse un libro. Sus postulados, anclados en la época de las novelas “pulp” y los tebeos de la postguerra, no han evolucionado más allá, lo cual les ha impedido ver el tremendo avance que el género gráfico ha experimentado en las últimas décadas.
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