viernes, 2 de septiembre de 2016

Los Nuevos Ultimates, por Luis Capote

Nueva / vieja reseña del leguleyo número dos, de cuando aún había un Universo Ultimate:  



Título: Nuevos Ultimates 
Formato: Tomo recopilatorio en tapa dura de la serie Marvel Graphic Novels 
Autores: (G) Jeph Loeb (L) (T) Frank Cho (C) Jason Keith, Matt Milla (P) Frank Cho Editorial: Marvel Comics / Panini Comics 
Precio: 15 € 
Comentario:    

De unos años para acá, el sello Ultimate de Marvel ha estado unido, para bien o para mal (aunque hay quien diría que para mal o para peor) al nombre del guionista Jeph Loeb. Artífice de un evento llamado a relanzar la franquicia –la polémica saga Ultimatum- su labor ha sido objeto de críticas más o menos furibundas, pero desgraciadamente merecidas. Llamado a suceder junto a Joe Madureira al equipo compuesto por Mark Millar y Bryan Hitch, su tercer volumen de Los Ultimates supuso el principio de una caída en barrena de la que el sello no termina de reponerse. En el plano específico de la versión “ultimatera” de los Vengadores, el trabajo de los británicos había dejado el listón muy arriba a la hora de hacer buenos tebeos y marcar las distancias con las versiones clásicas de los personajes que manejaban y, en principio, tanto Loeb como Madureira tenían cierto prestigio en el sector. El resultado no pudo ser más desastroso, perpetrando una historia notablemente floja y despojando a los personajes de la originalidad y autonomía que Millar y Hitch habían logrado imprimirles. De buenas a primeras, Thor era menos la conciencia jipi del equipo y se aproximaba más a la maniquea deidad diseñada por Lee y Kirby. Iron Man dejaba de necesitar todo un equipo de apoyo detrás y presentaba una armadura que bien podría pasearse por la Tierra 616. El resultado fue una historia que, en cierto sentido, anticipaba la sensación de desastre que supondría Ultimatum e intentaba demostrar que todo podía pasar, que el sello no estaba constreñido por las imposiciones que daban décadas y décadas de franquicias fosilizadas en lo arquetípico. Sin embargo, el giro hacia lo “clásico” y lo descacharrante de no pocas situaciones hicieron que este tercer volumen dejara un regusto más que amargo entre la afición.