El leguleyo de guardia nos trae otra reseña de otros tiempos.
Título: Príncipe del Poder
Formato: Miniserie recopilada en tomo en tapa blanda
Autores: (G) Greg Pak, Fred Van Lente (L) Reilly Brown, Zack Howard, Adam Archer (T) Terry Pallot, Jason Paz, Zack Howard (C) Val Staples (P) Humberto Ramos
Editorial: Marvel Comics / Panini Comics
Precio: 8,75 €
Comentario:
Una de las colecciones más divertidas de la atribulada Marvel de los últimos tiempos ha sido la que, en sustitución de un capturado Hulk, asumió el semidiós olímpico Hércules, apodado el Príncipe del Poder. El campeón de la mitología griega solamente había afrontado el protagonismo en solitario de la mano de Bob Layton (con dos amenas miniseries, una novela gráfica y un relato corto donde el habitualmente denostado autor dio lo mejor de sí como creativo completo) y posteriormente de las de Tom DeFalco y Ron Frenz (en pleno Heroes Reborn y dándose la circunstancia de que guionista y dibujante habían convertido al paladín heleno en una suerte de escudero de Thor en la colección de este último). Serían los escritores Greg Pak y Fred Van Lente los que lograrían, casi contra todo pronóstico, mantener durante varios años a Herc al frente de su propia cabecera, lidiando con las consecuencias de la caída del Olimpo y con los distintos macroeventos que, año tras año, ejecutaba con mayor o menor fortuna la casa de las ideas, arrancando con Hulk Guerra Mundial, la aventura de la que arrancaban las andanzas del león del Olimpo, secundado por el superdotado Amadeus Cho, que unía sus fuerzas a él después de la captura de Banner. Hércules seguía siendo el pendenciero de corazón de oro que siempre estaba de juerga, pero la adición de un personaje que, en muchos aspectos, estaba en sus antípodas, resultó ser un magnífico descubrimiento del que Pak y Van Lente se valieron para contar historias siempre amenas, a veces épicas y a veces desternillantes, como la saga Thor sustituto. La colección y, en teoría, las aventuras de Hércules tocaron a su fin durante el asalto a Nuevo Olimpo, donde Atenea revelaba sus auténticos planes y su intención de convertir a Amadeus Cho en el nuevo Príncipe del Poder. Sin embargo, conscientes de lo devaluado que está el concepto de lo luctuoso en el universo marveliano, don Greg y don Fred dejaron abierta de par en par la puerta para que el simpático vengador (que ya había hecho desapariciones tanto o más espectaculares en sagas como La Guerra de la Evolución) volviera al mundo de los vivos. La posibilidad, convertida en obsesión para un Amadeus que no se resigna al puesto que le ha tocado, se convierte en el hilo conductor de esta miniserie.