El amigo Manuel Darias, fiel a su cita semanal con los lectores, habla en esta ocasión de seis clásicos del tebeo español, según sus palabras:
Hace ya muchos años, desde esta misma página, hice pública mi particular lista de las mejores historietas españolas de todos los tiempos. Ya lo dije entonces: detectar, homologar y reconocer una historieta genial es una cuestión difícil y espinosa. La casualidad, la subjetividad y hasta la nostalgia, pueden converger para que una persona considere un determinado cómic como una obra maestra.
En lo que a mí concierne, aunque tal vez armado con una pizca de audacia, jamás he rehuido dar mi relación áurea del tebeo patrio. La sistemática que he seguido es muy sencilla. Una vez que detecto alguna obra que considero sobresaliente e imprescindible, la deposito en hibernación para, en un futuro, cuando llegue el momento oportuno en que ya se encienda la preceptiva luz verde, la incorpore finalmente en el selecto grupo de mis historietas favoritas. A veces, un tebeo que me encantó en el instante de su estreno, deja de interesarme después de haber transcurrido un tiempo prudencial. Por el contrario, también me ha ocurrido que, con el transcurso de los años, se potencie ante mis ojos un cómic cuya calidad, en su tiempo, me había pasado desapercibida.
En 2002 fue la última vez que puse al día mi lista privada de creaciones geniales de la historieta española.
Desde hoy, seis nuevos clásicos amplían mi lista de obras maestras de nuestro cómic.
Continúa aquí.
Hace ya muchos años, desde esta misma página, hice pública mi particular lista de las mejores historietas españolas de todos los tiempos. Ya lo dije entonces: detectar, homologar y reconocer una historieta genial es una cuestión difícil y espinosa. La casualidad, la subjetividad y hasta la nostalgia, pueden converger para que una persona considere un determinado cómic como una obra maestra.
En lo que a mí concierne, aunque tal vez armado con una pizca de audacia, jamás he rehuido dar mi relación áurea del tebeo patrio. La sistemática que he seguido es muy sencilla. Una vez que detecto alguna obra que considero sobresaliente e imprescindible, la deposito en hibernación para, en un futuro, cuando llegue el momento oportuno en que ya se encienda la preceptiva luz verde, la incorpore finalmente en el selecto grupo de mis historietas favoritas. A veces, un tebeo que me encantó en el instante de su estreno, deja de interesarme después de haber transcurrido un tiempo prudencial. Por el contrario, también me ha ocurrido que, con el transcurso de los años, se potencie ante mis ojos un cómic cuya calidad, en su tiempo, me había pasado desapercibida.
En 2002 fue la última vez que puse al día mi lista privada de creaciones geniales de la historieta española.
Desde hoy, seis nuevos clásicos amplían mi lista de obras maestras de nuestro cómic.
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