Manuel Darias hace repaso de la vida y milagros de un clásico del tebeo español: Peñarroya, creador de personajes como Pitagorín, Pepe el Hincha, don Pío o Gordito Relleno.
Los futuros sociólogos que estudien la España de mediados del siglo XX, buscarán en los tebeos una inestimable fuente de información, captando en ellos unas referencias más interesantes a las que hallarán en revistas, libros, pinturas u otros medios de expresión del periodo estudiado. Solamente el cine podrá hacer competencia en este terreno a la historieta, pero antes tendría que ser despojado de la fantasía y artificiosidad del tema tratado, propias de la esencia del Séptimo Arte. En la gran pantalla los sociólogos encontrarán escenarios, ambientes, vestidos y peinados, con total veracidad, pero en los tebeos descubrirán amplias facetas de detalles costumbristas de la vida cotidiana, plasmadas con la autenticidad de lo directo que proviene del acontecer diario vivido por los historietistas de la época. En este aspecto, los tebeos son extraordinariamente veraces, ya que los dibujantes calcan en sus viñetas frases, hechos y momentos de una moda fugaz, aportando localismos que escapan a cualquier estudio o crónica.
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Los futuros sociólogos que estudien la España de mediados del siglo XX, buscarán en los tebeos una inestimable fuente de información, captando en ellos unas referencias más interesantes a las que hallarán en revistas, libros, pinturas u otros medios de expresión del periodo estudiado. Solamente el cine podrá hacer competencia en este terreno a la historieta, pero antes tendría que ser despojado de la fantasía y artificiosidad del tema tratado, propias de la esencia del Séptimo Arte. En la gran pantalla los sociólogos encontrarán escenarios, ambientes, vestidos y peinados, con total veracidad, pero en los tebeos descubrirán amplias facetas de detalles costumbristas de la vida cotidiana, plasmadas con la autenticidad de lo directo que proviene del acontecer diario vivido por los historietistas de la época. En este aspecto, los tebeos son extraordinariamente veraces, ya que los dibujantes calcan en sus viñetas frases, hechos y momentos de una moda fugaz, aportando localismos que escapan a cualquier estudio o crónica.
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