El amigo Manuel Darias recuerda esta semana a otro grande del tebeo español: Mark Schmidt.
Gustavo Martínez Gómez (Cartagena, Murcia, 1922 - Elche, Alicante, 1998), que firmaba Martz Schmidt, abreviando su primer apellido e incorporando su tercero de origen alemán, fue una de las máximas celebridades del tebeo de humor español. El historietista, dentro de las características comunes de la Escuela Bruguera, tenía unas especiales particularidades. Su principal virtud era la extraordinaria movilidad que lograba imprimir a sus figuras. Martz Schmidt aplicaba una acción vibrante a la puesta en escena de sus personajes y el lector, desde que ojeaba la primera viñeta, era llevado en volandas, a toda velocidad, hasta la última.
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Gustavo Martínez Gómez (Cartagena, Murcia, 1922 - Elche, Alicante, 1998), que firmaba Martz Schmidt, abreviando su primer apellido e incorporando su tercero de origen alemán, fue una de las máximas celebridades del tebeo de humor español. El historietista, dentro de las características comunes de la Escuela Bruguera, tenía unas especiales particularidades. Su principal virtud era la extraordinaria movilidad que lograba imprimir a sus figuras. Martz Schmidt aplicaba una acción vibrante a la puesta en escena de sus personajes y el lector, desde que ojeaba la primera viñeta, era llevado en volandas, a toda velocidad, hasta la última.
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